2 - Es conveniente explorar juntos cómo deben ser expresados los comentarios, ahora que todas las partes están de acuerdo con el workflow y cada miembro del equipo tiene una idea clara del objetivo de cada revisión en su etapa correspondiente.

La meta es minimizar las revisiones vagas, subjetivas o abstractas. Las observaciones del estilo “no me cierra” o “no me gusta” suelen estar basadas en impresiones personales que pueden resultar difíciles de interpretar y que, de avanzar sobre ellas, resultará perjudicial para el proyecto al utilizar de manera innecesaria nuestro tiempo y recursos.

3 - Si algún comentario subjetivo se hace inevitable una buena manera de mostrar nuestro punto de vista, en algunos casos, es ofrecer una referencia de soporte. Puede ser una imagen o un video que les facilite a los involucrados en esta etapa entender la necesidad detrás de esta revisión.

¡Evitar malentendidos es fundamental para todos! y aunque es muy importante poder charlar para resolver las confusiones que puedan generarse ante una revisión subjetiva,  es preferible  y resulta más eficiente que los cambios que se pidan hagan referencia a algo concreto, por ejemplo, a un plano o una toma, en lugar de a una emoción o sensación.

4 - Resulta muy beneficioso siempre explicar el porqué de cada revisión o preguntar por aquello que genera dudas antes de ofrecer soluciones puntuales. Para los involucrados en el proyecto, lo importante no siempre es el qué, sino el porqué: por qué esa revisión en particular, qué se está tratando de alcanzar y cuáles son las necesidades de comunicación detrás de cada sugerencia. Esto evitará que un cambio impacte en otras partes del proyecto y anticipará futuras revisiones que puedan tener un fundamento similar.

5 - Es necesario que las revisiones sean unificadas y se envíen en lotes, nunca por partes y siempre en las etapas pertinentes. Si hay varias personas en distintas áreas involucradas en el proceso de validación, ¡la organización es esencial!

El tener un mapa de validación establecido, donde quede claro en qué momento de nuestro workflow entran las revisiones, evitará, por ejemplo, ¡hacer cambios en el storyboard cuando ya se están enviando versiones de la animación! Es muchísimo más ágil y eficiente para todos hacer los cambios en el momento correcto.