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Qué es una estrategia de video y por qué todas las marcas deberían tener una

Hacer un video o serie de videos exitosos no solo se trata de una producción de calidad: antes de saltar a la creación del material audiovisual es muy importante dar un paso atrás, mirar el panorama general y diseñar una estrategia sólida alineada a los objetivos. Estamos en confianza, podemos decirlo: lo difícil no es hacer un video; ¡lo difícil es hacer el video correcto!

Hacer el video correcto: el desafío mayor

Una estrategia de video comienza por identificar objetivos en su conjunto: desde lo más amplio hasta lo más específico. ¿Cuáles son las metas de tu rol y de tu equipo? ¿Cuáles son las metas del proyecto? ¿Cuáles son las metas de esta pieza en particular? Si queremos que el video nos ayude a alcanzarlas, estas preguntas deben establecer nuestro marco de trabajo desde el momento cero. Al final del día, todas las decisiones que se tomen a lo largo del diseño de producción deben perseguir el objetivo final. ¡Y así es como definiremos el éxito!

El enfoque video-first

Es usual que los equipos se sienten a discutir sus estrategias de comunicación y piensen en todas las partes involucradas: la elección de los canales, el diseño de una campaña, la creatividad del copy, los mensajes. Cuando todo está estipulado, ¡eureka! Llega el momento de invitar a la estrella del show, el video. Cuando este momento llega, suele ser muy tarde para desarrollar una estrategia de video sólida y eficiente. El camino ya fue definido y las posibilidades del video fueron reducidas a tan solo una parte del proceso. Y así, antes de darnos cuenta, estamos en el medio de la producción: luces, cámaras, acción. ¿Y ahora qué? Adoptar un enfoque video-first implica dejar de pensar el video como un potenciador de nuestros esfuerzos de comunicación y empezar a pensarlo como el eje central de nuestra estrategia. ¡Ajá! 

Sacar el máximo provecho de la producción

Ya sea porque estamos planeando hacer Video Ads, videos tutoriales, contenidos de video para redes sociales, testimoniales o las piezas audiovisuales para un evento, cualquier esfuerzo de hacer video es una oportunidad para impactar de forma transversal a nuestros objetivos. Algunas posibles preguntas para hacernos en la etapa de estrategia y pre-producción son:
  • ¿Dónde y cómo se verá este contenido?
  • ¿A quiénes está dirigido?
  • ¿En qué regiones será su distribución?
  • ¿Cuánto tiempo permanecerá en vigencia?
  • ¿Irá acompañado de otros materiales?
  • ¿Qué elementos de la marca deberían estar presentes?
  • ¿Es una pieza única o existirán más como esta en el futuro?
  • ¿Existe un manual de marca audiovisual?
 
Anticiparnos a necesidades futuras y a los inconvenientes que podríamos encontrar en el  camino nos permitirá tomar decisiones inteligentes. Esto implica, no solo alcanzar nuestros objetivos más rápidamente, sino también cuidar nuestro presupuesto. Una producción inteligente también es una producción más eficiente en costo-beneficio.

El video está listo: ¿y ahora qué?

Llegó el momento de poner lo que produjimos en el lugar correcto, frente a las personas correctas y acompañado de la información correcta. El video no vive aislado: está rodeado de variables que impactan en la forma de conectar con él. Por ejemplo, no es lo mismo ver un video en un evento, en una gran pantalla y rodeado de muchas personas en silencio, que verlo en una red social mientras estamos scrolleando, conversando y tomando un café. Las circunstancias de visualización son diferentes y, en consecuencia, la forma de producirlo también lo será. La clave para una distribución exitosa es diseñar una estrategia de video que contemple todo lo que sucede con las piezas de video desde antes de ser producidas y hasta después de su visualización. Cuantas menos cosas queden liberadas al azar, más chances tenemos de alcanzar el éxito de nuestros objetivos. ¡De eso se trata producir el video correcto!

En definitiva, una estrategia de video es esencial para garantizar que una producción audiovisual sea efectiva y cumpla con los objetivos propuestos. ¡Las consecuencias de no tener una estrategia de video pueden implicar trabajar en vano! Adoptar un enfoque video-first, considerando las preguntas clave durante la pre-producción y ubicando correctamente el video una vez terminado, es fundamental para maximizar el impacto y asegurarse de que se está haciendo una inversión inteligente. Todas las marcas deben tener una estrategia de video para asegurarse de que sus esfuerzos audiovisuales sean un éxito. ¿Te animas a dar el siguiente paso?

Habla con nuestros expertos para diseñar juntos la estrategia de video de tu marca.

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